lunes, 15 de mayo de 2017

DIARIO DE UN REFUGIADO VIII. LAZARILLA A LA FUERZA

Tratado I: Vuestra merced, estoy recién llegada a un campo de refugiados después de todas las situaciones vividas. Tengo que decidir si me quedo en este lugar o continuo buscando el mejor lugar. Hay más soldados que refugiados, las condiciones de higiene y salud son escasas. Hay pocas tiendas donde dormir y estamos muchas personas juntas en una misma tienda de campaña. Los soldados tienen muchos alimentos que no reparten con los refugiados. Ellos tienen unos alimentos y nosotros otros muy distintos. Se me ocurre quitarles parte de la comida para que cenemos el grupo con el que estoy. En el momento del relevo de la guardia que es cuando durante 5 minutos no hay nadie vigilando el puesto de alimentos. Para mi, no es robo, es repartir lo que hay entre todas las personas. Todas y cada una de las personas somos igual de dignas para alimentarnos. Tras la situación de falta de reparto de alimentos, decido que es mejor que siga mi camino en busca de un campo de refugiados donde las condiciones sean mejores. Tratado II: Vuestra merced, acabo de llegar al siguiente campo de refugiados. Aquí se ven muchos menos soldados que en el anterior. Sin embargo, las condiciones son peores. Las pocas tiendas de campaña que hay son para guardar alimentos, cocinar, para los enfermos y poco más. Aquí se duerme al aire libre con las pocas mantas que hay y en el suelo directamente. Ante las condiciones infrahumanas del campo, es muy difícil aguantar más que unas horas o un día como mucho. De hecho, apenas estoy horas. Ya que por la situación en la que están estas personas, se hacen protestas y revueltas frente a los pocos soldados que hay. Y somos desalojados por las fuerzas del orden. Que nos superan en número y energía. Tratado III: Vuestra merced, tras dos intentos fallidos. El grupo de personas con el que estoy, decidimos improvisar sobre la marcha y montar un campamento. Por supuesto, no tenemos material, ni comida para ello. Así que se me ocurre dividirnos en grupos e ir a los campamentos vecinos donde más soldados hay. Y cuando están en los cambios de guardia o durmiendo. Cogerles alimentos, mantas y suministros necesarios para al menos estar un par de días más. Nos sale todo bien y tenemos lo necesario para un par de días.Respetando a refugiados como nosotros que a penas tienen comida necesaria para sobrevivir y otras cosas necesarias. Mientras que los soldados están sobrados de cualquier suministro. Aunque el ambiente es muy cercano y cálido a pesar de las circunstancias. Nos sentimos tan desamparados que decidimos levantar el campamento y continuar el viaje. En busca de algo mejor. Tratado IV: Vuestra merced, el viaje es complicado a cada paso. Voy pasando por diferentes campos y cada uno a cual más duro. He estado en estadios olímpicos, campos de fútbol, amplias explanadas,... lugares todos ideales para montar campos de refugiados. Donde en cada uno la situación es complicada por el desinterés de las instituciones, por la falta de apoyos económicos, de mano de obra, etc. Las pocas personas que suelen estar y participar son voluntarios de ONG`S. Los recursos son muy, muy escasos. Entre la falta de recursos, las malas condiciones y en ocasiones la falta de solidaridad de algunas personas la experiencia que voy sumando va siendo poco positiva. La situación es muy dura. No pierdo la esperanza, sin embargo, de encontrar el lugar en donde estar cómoda y tranquila. Tratado V: Vuestra merced, he llegado al campo de refugiados más grande y preparado de los que he estado hasta el momento. Supongo que al ser tan grande, la organización es imprescindible. Todo está organizado, repartido y existe la posibilidad de poder trabajar en el y así sacar algo de dinero para estar aquí o continuar camino. Es fácil encontrar trabajo porque hay mucho que hacer. El tiempo que estoy me hace pasar por varios jefes que me dan distintos trabajos y de los más variados. Donde al final siempre tengo que estar atenta porque a la que pueden me engañan si no me doy cuenta. Pagándome menos, dándome más tareas de las acordadas, o más horas de trabajo de las habladas,.... El trabajo que para mi es más digno es el último que hago para una ONG`S donde me dedico a ofrecer a los recién llegados al campo, donde cada día vienen nuevos, un primer contacto con otros refugiados de sus países, pueblos de origen, víveres,.... y las ayudas necesarias para el comienzo. Y por este trabajo cobro algo de dinero. A pesar de todo, la vida es dura y las condiciones complicadas. Esto no se lo deseo a nadie. Ante la situación que tengo decido que así no quiero seguir y que he de irme de los campos en busca de otra cosa, un país donde vivir de una manera totalmente distinta. Nuevamente me enfrento a la situación de huir, cruzar la frontera en busca de otra cosa, otro lugar donde comenzar de nuevo.

jueves, 4 de mayo de 2017

DIARIO DE UN REFUGIADO VII. BEATUS ILLE.

Me siento sola en medio de tanta gente. Ahora si estoy sola de verdad. Antes echaba de menos mis cosas. Ya no son importantes, solo el recordar a mi familia y saber que ya no están. A partir de ahora, mi viaje es en solitario. De tierra firme y del registro policial, nos llevan a un campo de refugiados. No es la primera vez que estoy en uno. Y parece que fue hace mucho tiempo.
Mientras espero mi turno para pasar el control policial mi cabeza vuela como un águila recordando todo el viaje vivido hasta el momento. Quien me iba a decir que iba a vivir todo lo sucedido y en este  momento lo único que deseo es que acabe esto, ahora me siento tan pequeña como un guisante, me gustaría estar en mi casa tranquila con mis amigos y familia y no donde me encuentro ahora. Si pudiera me gustaría tener una vida normal, tranquila y relajada alejada de todo esto. Me conformo con esto.
Llega mi turno del control y esto me hace volver a la realidad. Tras pasar, me mandan junto con un grupo de personas a una zona que está poco poblada y parece muy tranquila. Es lo más parecido en este momento a un hogar. Me siento alegre y triste a la vez, me siento tan fuerte como Hércules y tan débil como las gotas de lluvia cuando está dejando de llover. Si tengo algo claro en este momento es que ahora estoy aquí y quiero que todo vaya bien.
Cuando vamos a instalarnos el grupo que hemos llegado hasta aquí, de repente, aparecen más refugiados y nos vemos obligados a juntarnos más de la cuenta para caber todos. Al fin y al cabo, no estoy tan contenta como esperaba. Este cambio de última hora, me ha decepcionado. Pensaba que podríamos estar cómodos. Me siento como una flor recién pisada en el suelo.
                                                       "Vivo sin vivir en mi
                                                         y de tal manera espero,
                                                         que muero porque no muero
                                                         lloro porque no tengo consuelo,
                                                         me desespero porque no puedo
                                                         me entristezco porque espero".