miércoles, 25 de enero de 2017

DIARIO DE UN REFUGIADO IV. CONSEJOS DE PATRONIO


Cuando había decidido subir al barco separada de mi familia. Aparece otro traficante que me da la opción de viajar en coche a Italia con toda mi familia. Este viaje es más peligroso que en barco pero podemos viajar todos juntos. Decido hablar con Marta, chica de mi edad que he conocido en Valencia mientras esperaba que nos saliera el viaje en barco. Durante el tiempo de espera hemos hecho amistad y cogido confianza. Ella de momento se va a quedar en Valencia porque no está toda su familia reunida. Faltan sus abuelos y espera que lleguen para salir de Valencia.
Le cuento a Marta la opción de viajar todos juntos en coche a pesar de ser un viaje más peligroso. Ella me dice que ella viajaría en coche por ir toda su familia junta. Por eso, ella está esperando a que lleguen sus abuelos para viajar todos juntos. Marta es una persona que la familia le es muy importante. Como me parece que lo que me recomienda que haga yo. Es lo que ella haría y está haciendo en Valencia. Me da la confianza para creer en ella. Realmente es lo que yo pienso, solo necesitaba que alguien me lo confirmara. Lo que me hace decidirme también por esta opción es la historia que me cuenta:
Es la historia que le cuenta Patronio al Conde de Lucanor:

"Los cuervos y los búhos estaban en guerra entre sí, pero los cuervos llevaban la peor parte porque los búhos, que sólo salen de noche y de día permanecen escondidos en lugares muy ocultos, volaban al amparo de la oscuridad hasta los árboles donde se cobijaban los cuervos, golpeando o matando a cuantos podían. Como los cuervos sufrían tanto, uno de ellos muy experimentado, al ver el grave daño que recibían los suyos, habló con sus parientes los cuervos y encontró un medio para vengarse de sus enemigos los búhos.
»Este era el medio que pensó y puso en práctica: los cuervos le arrancaron las plumas, excepto alguna de las alas, por lo que volaba muy poco y mal. Así, lleno de heridas, se fue con los búhos, a los que contó el mal y el daño que le habían causado los cuervos porque él no quería la guerra contra los búhos, por lo cual, si ellos lo aceptaban como compañero, estaba dispuesto a decirles las mejores maneras para vengarse de los cuervos y hacerles mucho daño.
»Los búhos, al oírlo, se pusieron contentos porque pensaban que con este aliado podrían derrotar a sus enemigos los cuervos, con lo cual empezaron a tratarlo muy bien y le hicieron partícipe de sus planes secretos y de sus proyectos para la lucha.
»Sin embargo, había entre los búhos uno que era muy viejo y que tenía mucha experiencia que, cuando se enteró de lo del cuervo, descubrió el engaño que les preparaba y fue a explicárselo al cabecilla de los búhos, diciéndole que, con toda seguridad, aquel cuervo se les había unido para conocer sus planes y preparar su derrota, por lo que debía alejarlo de allí inmediatamente. Pero este experimentado búho no consiguió que sus hermanos le hicieran caso, por lo cual, al ver que no lo creían, se alejó de ellos y se fue a vivir a un lugar donde los cuervos no pudieran encontrarlo.
»Los búhos, no obstante, siguieron confiando en el cuervo. Cuando le crecieron otra vez las plumas, dijo a los búhos que, pues ya podía volar, iría en busca de los cuervos para decirles dónde estaban y, de esta manera, reunidos todos los búhos, podrían acabar con sus enemigos los cuervos, cosa que les agradó mucho.
»Al llegar el cuervo donde estaban sus hermanos, se juntaron todos y, como sabían los planes de los búhos, los atacaron de día, cuando ellos no vuelan y están tranquilos y sin recelo, y destrozaron y mataron a tantos búhos que los cuervos quedaron como únicos vencedores.
»Así les sucedió a los búhos, por fiarse del cuervo que es, por naturaleza enemigo suyo".
MORALEJA:
                                               Al que antes tu enemigo solía ser 
                                              ni en nada ni nunca le debes creer

Este cuento que me contó Marta me enseña que para confiar es importante conocer el comportamiento del otro y ser prudente. Si Marta actúa dando importancia a su familia. El consejo de seguir con ellos es el que me dará. Si me hubiera dicho de separarme e ir en barco como al principio había pensado. Significaría que me estaba mintiendo y no podría confiar en ella. 
Una vez tomada la decisión de ir por carretera a Italia toda la familia. Mi familia y yo hablamos con el traficante y le pagamos el dinero acordado que era un poco más barato que en barco. Aunque también caro porque es un viaje ilegal y peligroso. Dos horas después, llegamos al lugar acordado con el mínimo de pertenencias para el viaje y nuestra documentación. Es una furgoneta de 9 plazas donde subimos mi familia y otra familia más y conduce el traficante. Que no quiso decirnos el nombre. Salimos de noche, a la hora acordada. Tenemos que ir en silencio y partes del viaje los hacemos sin luces, con lo cual resulta todavía más peligroso en algunos momentos. La carretera por la que viajamos es  estrecha, llena de curvas y piedras. Así que con tan poca iluminación es difícil el viaje. En un momento determinado, cuando estamos llegando en un control al pasar la frontera, nos paran en un control y nos requisan la documentación. Nos informan que en el siguiente control, nos la devolverán. Cuando llegamos al siguiente control, nos está esperando la policía. Con la excusa de que no tenemos documentación nos escoltan hasta un Centro de Detención de Inmigrantes Ilegales. Aunque tratamos de explicarles que nuestra documentación la tiene la policía. Y que hemos entrado en coche porque veníamos huyendo del conflicto de nuestro país. No les interesa, y no nos escuchan. Nos meten amogollonados en el Centro de Inmigrantes.

viernes, 6 de enero de 2017

DIARIO DE UN REFUGIADO III

EL MILAGRO DEL STANBROOK

"La Madre Gloriosa, tan ducha en acorrer
la que suele a sus siervos en las cuitas valer
a este condenado quísolo proteger
recordose el servicio que le solía hacer ...".

Hemos llegado al puerto de Valencia tras un viaje bastante tranquilo. Aquí hemos quedado con un traficante que alguien del grupo ha contactado. Parece que nadie le conoce, a pesar, de haber hablado con el. Por mi cabeza pasan todo tipo de pensamientos:será legal, existirá de verdad y será de fiar, se podrá confiar en el... Millones de dudas a cerca de nuestros siguientes pasos y encuentros para poder salir de Valencia. A pesar de todo, soy una persona que cree que al final las cosas saldrán bien.
Cuando llevamos varias horas esperando, de pronto, aparece el traficante. Su aspecto es  el de un hombre de unos 40 años, un tanto peculiar, viste de oscuro, con ropa vieja y un gorro de capitán de barco que le queda un tanto grande. Su voz es muy grave y fuerte, se hace escuchar perfectamente. La cara de todos nosotros parece mezclar sentimientos de esperanza, miedo y tensión. Probablemente por la incertidumbre de quien es este hombre realmente. Y por estar durante mucho tiempo esperando en el puerto.
Tras hablar varios hombres con el y atar nuestra salida del puerto de Valencia. Nos trasladamos a una casa sucia, vieja y rodeada de escombros. Donde todas las personas que viajamos juntas tendremos que esperar a que se tramite el viaje y llegue el barco que nos hará salir de aquí. Algunos adultos se dividen para estar vigilando en el piso, y otros para ir a por comida y otras cosas para sobrevivir mientras esperamos en el piso. La estancia es incómoda y larga, somos demasiadas personas hacinadas. Yo decido salir con un grupo de adultos y algunos jóvenes a hacer recados para el grupo. Y decido encargarme de vigilar durante todo el camino de ida y vuelta y mientras los mayores recogen comida, medicamentos y otros suministros. Junto con algunos mayores y jóvenes. En varias ocasiones, he de avisar de personas sospechosas mientras esperamos a que traigan todos los suministros. Finalmente, volvemos con el grupo sanos y salvos, no sin a ver tenido algún que otro susto.
Llevábamos unos días esperando a que viniera a buscarnos el traficante, el cual no quiso decirnos su nombre para mantener el anonimato. Y cuando algunos empezaban a perder la esperanza, apareció. Debíamos recoger rápido porque en unas pocas horas saldría nuestro barco.
Cuando nos pusieron en fila para subir al barco, de pronto, nos dijeron que hiciéramos dos filas. Una de hombres y otra de mujeres y niños. Nadie lo esperaba y no queríamos separarnos. Al principio, nos quejamos y pensamos en no subir al barco. Pero lo pensamos mejor y subimos porque era más seguro y nos podríamos encontrar al final del viaje. Solo estaríamos el tiempo del trayecto separados. Todo esto me recordó al viaje del Stanbrook porque tuvimos que separarnos y la subida al barco tampoco fue fácil.

"Que traerá el viaje hacia lo desconocido
lugar inmenso de nuevas, grandes aventuras;
que aparece lo nuevo y desconocido,
como compañera de viaje y aventuras".

DIARIO DE UN REFUGIADO II.

CANTAR DEL DESTIERRO

“El refugiado sale de Madrid, a Valencia va encaminado,             
allí deja su hogar, yermo y desheredado.
Con lágrimas en los ojos muy fuertemente llorando
 la cabeza volvía y quedábase mirando...”
"Hemos comenzado a caminar hacia Valencia,
desde la sierra madrileña.
Voy con personas con las que estaba
escondida en la cueva de la sierra.
Mientras ando voy echando la vista atrás,
recordando momentos y personas en mi vida.
Pienso en mi familia, mis amigas, etc
mientras caminamos hacia lo desconocido.
Escucho y siento las palabras y los sentimientos
de las personas que me acompañan y acompaño en este viaje,
hacia lo nuevo, lo desconocido".
De pronto, me doy cuenta de todo lo que pesa la maleta. Me costó elegir que llevarme y finalmente decidí, además del móvil y algunos libros, ropa, algo de comida, mi diario personal como bien más valioso. En realidad, tampoco llevaba tantas cosas, lo que pasa que la maleta es muy pequeña. En el viaje, voy acompañada de mi familia, y otras familias que afortunadamente tienen como yo a todos los miembros con ellos. Como vamos muchas familias, viajamos en varios autobuses en los cuales vamos familias enteras. Las caras de estas personas son de miedo, susto, incertidumbre. Sabemos que vamos hacia Valencia, ahora, desconocemos que nos espera en el camino. El viaje decidimos hacerlo durante la noche para pasar desapercibidos. Hay miedo a ser interceptados por aviones, camiones, etc. La noche pasa finalmente sin grandes complicaciones. Algún lloro de algún bebé que le cuesta dormir, y alguna persona que está inquieta y no para de hablar.
Cuando se hace de día llegamos finalmente al puerto de Valencia sanos y salvos.